miércoles, 4 de julio de 2018

                    



















AL PURO ARDOR QUE VIBRAN MIS ESTRELLAS

 
Aunque no lo creáis,
estrellas, vuestra noche
ya no me pertenece.
Mi cuerpo es la ceniza
de lo que sólo él ha modelado
con sus llamas.
                          Ahora,
aunque no lo sepáis,
estrellas, todavía
sus manos sobreviven por quitarme
el cendal del deseo,
y, como antiguamente,
toman mi desnudez por un rescoldo.


                                                                  (de VIVIR POR DENTRO, 1992)

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