viernes, 1 de junio de 2018




                                      MENDIGO 


Nunca supe por dónde se iba al cielo
de tus ojos, anclado en lejanía,
ni qué mar brilló en huellas
de tus acantilados,
a pesar de que el mundo
te ha dejado a mis pies, rama caída
al final de los vientos. 

Nunca supe de ti más que los pájaros
que surcaban lo azul de tu llegada,
aunque presiento siempre
que te vas a ceñir mis alas nuevas
para luego partir, cuando la noche
se haya adentrado en todos
los rincones del cuerpo. 

¿Quién eres, qué suplicas por la senda
de pétalos abiertos
mucho antes de ti? No, nunca supe
por dónde se iba al sol de tu alborada,
a pesar de que el cielo
te ha dejado llover sobre mi tierra,
y caes, vas cayendo lentamente
a mis pies, y tendido te evaporas
al final del deseo.


                                                              (de CONTEMPLACIONES, 1988)

Lienzo de Fabián Pérez

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