sábado, 12 de mayo de 2018






 
 
                  
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
                      VI

 
Un tiempo de placer no se regala
sin cuerpo que lo agote, sin salida
posterior para el éxtasis más hondo.
Así mi corazón, que nunca supo
dilatar emociones, vive a oscuras,
se nutre de paciencia y desconsuelo
mientras va averiguando nuevos ritos
por el único hecho de entregarse.
Un tiempo de placer no significa
más que el consentimiento de la llaga
abierta sin piedad en el costado,
cuyo delirio llega a mansedumbre
por amor, siendo víctima fragante
hasta sentirse altar bajo otro cuerpo.
Así mi corazón, igual que el sándalo,
perfuma siempre el hacha que lo hiere.


                                                    (de RETABLO DE CENIZAS, 2011)

Lienzo de Rafael Soriano

No hay comentarios:

Publicar un comentario