viernes, 27 de abril de 2018




           X V I

 
Todo lo que buscaba
se mecía en el vuelo
de tus párpados tibios,
posados en mi rostro
con dulce intermitencia.
Todo lo que anhelaba
me convertía en cauce
para tu piel lluviosa,
en cáliz apurado
hasta el último gozo.
Todo lo que admiraba
con mis ojos desiertos
volvía a diluirse
al fondo de tus ojos,
un horizonte turbio
en clara pesadumbre.
Todo lo que callaba
redimía mis labios
para decir tu nombre
interminablemente,
toda la madrugada.


                                                  (de LOS CIELOS TARDÍOS, 2009)

Lienzo de Jarek Puczel

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