jueves, 19 de abril de 2018


          

ENCANTOS  DEL  VIERNES  SANTO,
de Richard Wagner
 

Hay días que, no bien han sucedido,
vuelven sin avisar, como una lluvia
de primavera, palio de azahares.
Tiendes las manos, tocas
cuanto quisiste amar y te negaron
las espinas de siempre, confiadas
al manto de las rosas.
Es tiempo de sangrar por muchas tardes
de las que aún reservan su martirio,
lavas ungidas hasta ser de cera.
Abres los brazos, buscas
el gozo de entregarte y padecerlo
hasta el fin de tus senos, apurándolo
mientras exista un cáliz.
Hay días que, al margen de la muerte,
se adentran sin llamar, como una lanza
florecida de súbito en el aire.
Todo se ha consumado, nada es tuyo
excepto el corazón, que sigue ardiendo
en su incensario oculto e inmutable.


                                                      (de TU LUMBRE AJENA, 2001)

No hay comentarios:

Publicar un comentario