jueves, 8 de febrero de 2018




   CONSTANCIA  DEL  FRACASO

 
Pensabas que era tarde,
muy tarde para todo
cuanto hizo creíbles
tus pasos, algo ya desorientados,
por este barrizal
que aún se les resiste como huella.
Era muy tarde para ser refugio,
necesidad de luz o tibio otoño;
muy tarde en el latido,
dentro de la amargura.
No le diste importancia a tu retraso
cuando cada pudor te florecía,
mientras la libertad aconsejaba
seguir hacia arriesgados derroteros.
Tus pasos iban siempre
por detrás de ese instante
que en el amor supone
constancia del fracaso.
Muy tarde, sí, también para esto último,
incluso para darte a la tristeza
que estancaba tu tiempo sin medida.


                                                                     (de DANAIDE, 2012)

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