sábado, 23 de septiembre de 2017



































  AFUERAS DE LA NOCHE

Si no le conociera,
si esta prisión de luces
me dejara volver
en sombras al recuerdo,
diría que ha nacido con la aurora,
que traspasa mi estancia a mediodía
y que se aleja solo
por las grietas azules de la tarde. 

Si no le conociera…
Abrid, estrellas, mi prisión, mi cielo
sin salida, estos ojos
que dan a lo profundo
cuando no los deslumbra su mañana.
Liberad mi dolor, dejad que corra
a espacio abierto por su propio llanto,
como si nunca hubiera sido mío. 

Yo vivo confinada,
y él pasa ante mi anhelo
rondando las afueras de la noche,
sin abrir mi ansiedad, sin rescatarme
de esta cárcel de llamas donde vivo
cegada por su cuerpo,
palpando sólo brisas,
intentando llegar a amanecerme
y a oscurecer de nuevo, sin más horas
que las que van marcando, como agujas,
sus brazos infinitos. 

Si no le conociera,
si esta aurora con ráfagas de ocaso
me cegara en los límites
de sus pasos nocturnos,
si tuviese que amar sin él, la nada
vendría a redimirme para siempre.


                                                 (de PASEO DE LOS MAGNOLIOS, 1995)

Lienzo de Verónica L. Arroyo

No hay comentarios:

Publicar un comentario