jueves, 22 de junio de 2017






















            EL MEDIODÍA
 

La alberca, confinada entre sus brillos,
esponjosa de cal y reverbero,
daba albergue a aquel cielo delirante
bajo el que preferías no encenderte. 

Plenitud de calor, plena la hora
de diversión acuática, de apremios
por querer alcanzar alguna umbría
donde era más calmado el regocijo. 

Oh cándida altivez, tu llama ilusa
se perdió entre los soles de aquel tiempo,
de aquellos mediodías cegadores
alentando su imagen fascinada. 

Quién hubiese guardado tanta luz.


                                                      (de EL PRIMER REINO, 2015)

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