lunes, 29 de mayo de 2017




             LAS RUINAS
 

El viento que acunaba los cipreses
descendía también a los mosaicos,
rondaba las estatuas y vestía
tu cuerpo matinal. Aquella Casa
de la Exedra, silencio detenido
en mitad de unos ecos milenarios,
refugiaba tus pasos y los suyos.
El viento se hizo eterno en una historia
de amor, entre cenizas y teselas.


                                               (de DESDE NOVIEMBRE, 1992)

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