CON LOS AÑOS
que las aguas tranquilas
por donde navegábamos
no eran otra cosa
que un estancamiento
de mares sucesivos;
que el puerto que se abría
con perfiles de abrazo
seguro y apacible
ante nuestra mirada,
sólo llegaba a roca
desnuda de abandono.
Ahora ya no hay tiempo
de aprender, de creerse
lo que nos parecía
más verdad que nosotros,
lo que siempre tuvimos
por nuestro, y era falso.
(de TANTO VALES, 1996)
Lienzo de Neil Condron
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