sábado, 4 de febrero de 2017




         LA  REALIDAD

 
Las tardes se suceden como gotas
de lluvia en los cristales, como inciertos
atisbos de esperanza. Son tus tardes
tan oscuras que en ti desaparecen,
sin notar que hay un tiempo condenándolas
al secreto más hondo. No te dejan
ser transparente, cortan tus huidas,
y el cielo, de tan gris, se viene abajo.
Las tardes se agrietaron ya, lo mismo
que el lluvioso cristal de tu esperanza. 
 
                                  (de DESDE NOVIEMBRE, 1992)

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