jueves, 8 de diciembre de 2016















          LOS NARANJOS

 
Una tarde invernal, de quietas ramas
verdinegras, con pátina de frío
por la calle. Un halo de esperanza
perdido entre las hojas. Tú y sus manos.
Un encuentro ya eterno. Del silencio
que oscurece se escapan azahares
invisibles, y quedan suspendidos
en el aire, lo mismo que tus sueños.
Él se va con la tarde. Quedas sola
como otra rama inmóvil, verdinegra.


                                                    (de DESDE NOVIEMBRE, 1992)

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