viernes, 25 de noviembre de 2016

























                                             XVII


Mi soledad padece
sabiendo que no llama
al amor por su nombre,
que apenas da noticia
de tan íntimo eco.
Quién pudiera cruzarse
con aquél que dirige
lo real a su norte,
hacia la verdadera
definición de todo.
Mi soledad no tiene
cabida en el hallazgo
del amor peregrino,
sintiendo que deslumbra
su escéptica mirada.
Y cómo conjugarme
más allá de ese verbo,
si mi voz oscurece
bajo la tempestad
y apenas es llovizna
de la palabra suya.


                                                  (de LOS PULSOS CARDINALES, 2010)

Lienzo de Leonid Afremov

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