sábado, 5 de noviembre de 2016





             NADA ES MÍO

 
Todo lo que la luz me ha concedido,
es decir, el crepúsculo, la aurora,
lo devuelvo con creces, contemplándolos
al paso de mi vida. Qué de estelas
se han hecho eternas ya, qué de azuladas
sombras nocturnas viven en mi llanto
para no desecar su permanencia. 

Todo lo que el amor me ha concedido,
es decir, la tristeza, los naufragios,
tan sólo puedo devolverlo al aire,
pues me aterra dejar entre unos pétalos,
sobre el mar o la nieve tanta ausencia. 

Todo lo que tus nombres me han negado
subyace en el celaje que amenaza
el blancor de unos vuelos paralelos,
aquellos que iniciamos con el alba. 

Ahora sólo me queda hablar del tiempo,
el que todo lo da y lo recupera
a través de la luz y del abrazo,
de la vida que entraña y de la muerte.
Hoy todo lo poseo y nada es mío.


                                                           (de AVES DE PASO, 1991)

Lienzo de Odilón Redon

2 comentarios:

  1. Hoy y casi siempre. Salvo esos instantes intensos y fugaces en exceso.
    Magnifico poema. Felicidades.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Estas "Aves de paso" dieron para muchas certidumbres, a pesar de tanta fugacidad. Gracias por tus palabras y un saludo.

      Eliminar