ALJÓFAR
Sólo una perla puede
recorrer este surco
de mis ojos al cielo.
Una perla de aquellas
que ocupara el vacío
del llanto imaginable,
puede caer a tierra,
puede tomar prestada
la humedad de una rosa
y negar que procede
de mi cuerpo transido.
Entonces no habrá viento
que intente resecarla,
ni cáliz que contenga
su brillo desmayado.
Solamente yo puedo
prenderla de la noche,
no sin antes quedarme
con el óvalo tierno
de su ausencia en la mía.
(de VIVIR POR DENTRO, 1992)
Lienzo de Brian Davis
Ay, esa perla, ese joyel. Tu poesía, María. Y tu palabra. Siempre.
ResponderEliminarToda la luz. Tu luz.
Hola, Ana, qué alegría saber de ti. Como siempre, gracias por tu comentario de amistad luminosa. Un abrazo.
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