viernes, 14 de octubre de 2016





         CEMENTERIO

 
Último día, viejo caminante,
que afianza mi ser a su medida,
desfigurando rostros de lo antiguo,
deteniendo jornadas
a las puertas de tantas estaciones. 

Última voz, truncada por el eco
que estremece mi cuerpo tras la lenta
nieve que lo recita. Puedo irme
diluyendo en sus copos, indolente,
y ser del agua última, tendida
a lo largo del sol.
Pero es que todo
quiere ser primitivo en mi morada,
y ese día postrero, y ese dulce
recuerdo de una voz, aventurados
dentro de mí, definen la agonía
de estar siempre llegando a algún principio,
de quemarme mirando las estrellas. 

Último ser, ¿qué queda del silencio
tan dedicado a ti, por si la muerte?


                                                      (de AQUÍ QUEMA LA NIEBLA, 1986)

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