sábado, 3 de septiembre de 2016





LOREIO TIBURTINO

 
Si algo se estremece
en estas soledades,
es el tórrido aliento
que brota de las piedras.
Por el parral
un halo blanquecino
realiza su ofertorio
a los cansados dioses,
a la ortiga
y al nombre de Loreio
cuando sangran las fuentes.
Pero acaso fue otra
la historia que allí tiembla,
distinto el sacrificio
de los nunca llorados.
Si algo palidece
en tan hondas estancias,
es la luz dividida
por desérticos muros,
por el eco
de unos pasos candentes,
sin reverberación
que plagie su belleza.
Loreio Tiburtino
se apaga todavía.


                                                   (de LA PAZ DEL ABANDONO, 2014)

2 comentarios:

  1. He llegado hasta tí a través de mi amiga Josefa con la que intercambio comentarios. Se lo agradezco a ella y te lo agradezco a ti ahora que te encuentro y te invito también a intercambiar comentarios conmigo. Me gusta el ritmo de tus poema. Es de lo que más valoro porque parece como si el poema tuviera una música interior que comunica a quien lo escribe con quien lo lee. Un beso

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Antonio, gracias por visitar mi blog, por tus amables palabras y por la invitación que me haces. Ya compartimos la música de los poemas, que no es poco. Me alegra contactar contigo y te mando un cordial saludo.

      Eliminar