jueves, 29 de septiembre de 2016






























                       III

 
La última obsesión quizá no estribe
en defenderse a solas
de esa búsqueda inútil, de esos brazos
que no han vuelto a ceñirte en plena noche. 

Tal vez aquella acera soleada,
mediodía de invierno,
la mirada translúcida prestando
su lejano color a lo imposible,
fueron una ocasión para tu gozo
más terrible, destello de agonía. 

Tan larga soledad no acaba nunca.
Quizá logres vivir sin acordarte
del último fracaso
que aún abrazan tus llamas en la noche.


                                                                (de LANCE SONORO, 2007)

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