martes, 5 de julio de 2016





CUANDO SE DEJA ATRÁS TANTA TRISTEZA,
tantos días del lado de la suerte,
sólo cabe dudar, cumplirlo todo,
amainar el temor con que se habita.
Mientras tanto, los cielos
violetas reaparecen
entre las espadañas,
confundiendo deshoras
e inútiles cansancios.
Antes de ser distinto,
hubo que hendir el tiempo
y rasgar al otoño
sus propias vestiduras,
enésima caída.
Pero cuando se agota lo esperado,
lo único capaz de consumirse,
sólo cabe yacer sobre el aliento,
desentrañar la luz con que se muere.


                                                  (de MÍNIMO SOL DE INVIERNO, 2006)

Lienzo de Edvard Munch

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