jueves, 21 de abril de 2016





                LOS ROSALES

 
Porque nunca llegaron de Rodas o de Creta,
ni supiste la especie de sus flores,
sencillamente fueron rosales de tu casa,
el nombre más auténtico de todos. 

No quisieron teñirse con la sangre de Adonis,
ni rindieron honores a Dionisos.
Para ti se trataba de arbustos abrazados
por la felicidad que desprendían. 

Tampoco conociste la muerte de tus rosas
en los veranos donde cada tarde
protegió la fulgente dormición de los pétalos,
encaje carmesí sobre la tapia. 

Aunque solo dejaron su corola de espinas
como herencia visible, los rosales
permanecen ocultos al expolio del tiempo,
el dolor más errático de todos.


                                                        (de EL PRIMER REINO, 2015)

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