martes, 1 de marzo de 2016





X.

 
Aunque ya te advirtieron que el amor no nacía
de los buenos propósitos acuñados a solas,
todo se conjuraba para ir sucediendo
en forma de llovizna, tarde gris o noviembre. 

Fueron días errantes, pulsaciones atadas
a cuerpos inasibles, como nubes violetas
que apenas transgredían los límites gozosos
de cada saciedad, negando su aventura. 

Entonces comprendiste. El amor no venía
para cubrir ausencias, heridas o ficciones
sin un precio pactado con tu desvalimiento,
sin otra ley que aquella de un hombre fugitivo. 

Sólo quisiste amarle como se ama la aurora,
con la tibia firmeza de sus hilos dorados,
como se aman los árboles al final del otoño
o los ríos que nunca llegarán hasta el mar. 

Pero ya te advirtieron: no era así, no era así.


                                                               (de OBOE D'AMORE, 2015)

Lienzo de Martine Cros

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