INFELIX EGO
Para llegar de nuevo hasta
Ferrara
y encontrarte con Ércole, no hay
sendas
más allá de una sala con racimos
floridos,
de unas meditaciones según
Josquin des Prez.
Te espera en el jardín de los
naranjos,
exhibiendo su luz por toda guía,
mientras los claroscuros abandonan el cielo
y dibujan la historia del
castillo y el foso.
A su lado, tal vez consigas verte
en aquella otra tarde sin
leyenda,
cuando eras un velo para sus
manos tibias,
larga infelicidad tras exiguos
encuentros.
Más allá de la sala, nada, nadie.
La música desierta se confunde
con los ecos innobles de unos
pasos lejanos.
Ya no hay luz. Por la suya,
sigues amaneciendo.
(de ES INÚTIL QUE DUERMA, 2015)
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