EN ESTE CALLEJÓN QUE DA A LA VIDA
No cabe rendir cuentas de tristeza
en un amanecer que suma y sigue
a otros igualmente consumados
por la renuncia amarga del deseo.
Tampoco puede darlas quien padece
una indigna prisión estando libre
sin llegar a creérselo, sin verse
maniatado en su sola conjetura.
Lo triste permanece si hay un rastro
de larga inmolación, de oscura nieve
sobre la anatomía desbocada
que niega a los espejos su evidencia.
Cabe restituir antiguos gozos
aun cuando nadie venga a reclamarlos,
tal vez por si se hubieran poseído
antes de ser temblor o sufrimiento.
Cuánta nocturnidad yace en lo triste,
en este callejón que da al vacío,
para quien sabe poco de la dicha
y sólo se ha reído de su historia.
(de LA PAZ DEL ABANDONO, 2014)
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