domingo, 29 de noviembre de 2015


      


                        V


Cuando quise vivir, era ya tarde.
Las hojas de un oscuro calendario
tenían voz y rostro conocidos,
daban sombra a mi sombra, confinaban
cada olvido en sus lechos marginales.
Abrí la realidad que poseía
detrás de una ventana, prisionera,
viendo la floración de los magnolios
sin acuñar el gozo de su aroma.
Era muy tarde ya, lo supe, nadie
pudo darme respuesta a tanta noche,
a la incógnita tibia de mis senos,
nadie transfiguró lo padecido.
Ahora me doy cuenta, todo anuncia
su brevedad en tiempo y esperanza.
Sé que es tarde, por más que necesite
vivir mi propia vida sin reservas,
de regreso al amor, cuando las hojas
del calendario sólo significan
los números crecientes de la nada.


                                                    (de RETABLO DE CENIZAS, 2011)

Lienzo de Nicoletta Tomas

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