domingo, 4 de octubre de 2015





      DE PROFUNDIS

 
Este viento tan fuerte
con que la vida azota mis paisajes,
esta lluvia afilada
que traspasa mi piel, estos abismos
colmados de vacío, me sitúan
en un instante eterno:
cuando mis ojos saben
reconocer sus ojos;
cuando mis manos quieren
explicarse en las suyas;
cuando tiembla el silencio
que acoge nuestras sombras. 

Este viento, esta lluvia y este abismo
componen una tarde,
aquella tarde larga del otoño
que nunca se hizo noche
ni será ya la misma, por más veces
que flagele mi herida
en sus profundidades.


                                                (de PASEO DE LOS MAGNOLIOS, 1995)

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