DE
PROFUNDIS
Este
viento tan fuerte
con
que la vida azota mis paisajes,
esta
lluvia afilada
que
traspasa mi piel, estos abismos
colmados
de vacío, me sitúan
en
un instante eterno:
cuando
mis ojos saben
reconocer
sus ojos;
cuando
mis manos quieren
explicarse
en las suyas;
cuando
tiembla el silencio
que
acoge nuestras sombras.
Este
viento, esta lluvia y este abismo
componen
una tarde,
aquella
tarde larga del otoño
que
nunca se hizo noche
ni
será ya la misma, por más veces
que
flagele mi herida
en
sus profundidades.
(de PASEO DE LOS MAGNOLIOS, 1995)
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