sábado, 26 de septiembre de 2015





















III.

 
No todo ha sido en vano.
El agua se desliza
por la piel de su estatua
fecundando silencios
mientras abre los poros. 

Quisiste retenerle
con un cerco de sombras,
apagar el latido
terrible de los astros,
pero el tiempo pasaba
muy lejos, transeúnte
como cada agonía. 

Aunque en vano sí fueron
sus grises laberintos
de frialdad, su ternura
apenas derramada
sobre lechos de mármol,
tanto vértigo insomne. 

El agua se detiene
hasta dar a tus manos
la condición impía
que todo lo diluye.


                                             (de OBOE D'AMORE, 2015)

No hay comentarios:

Publicar un comentario