lunes, 15 de junio de 2015



 
      GALLOS

 
Lejano y gris,
el árbol
soñaba con mis tardes. 

Apenas mantenía
sus perfiles borrosos,
tal vez ni despertaba. 

Mis tardes, una antigua
contemplación de nómada. 

El árbol, un reflejo
de estadía invisible. 

Y soñaba en mis ojos,
cercano y ocre, mástil
oteando techumbres,
muriendo en apariencia. 

Tal vez diferenciaba
lo cierto del fracaso.


                                                                (de LIENZOS DE CAL, 2008)

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