GALLOS
Lejano y gris,
el árbol
soñaba con mis tardes.
Apenas mantenía
sus perfiles borrosos,
tal vez ni despertaba.
Mis tardes, una antigua
contemplación de nómada.
El árbol, un reflejo
de estadía invisible.
Y soñaba en mis ojos,
cercano y ocre, mástil
oteando techumbres,
muriendo en apariencia.
Tal vez diferenciaba
lo cierto del fracaso.
(de LIENZOS DE CAL, 2008)
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