TU
PROPIA LEY
El indulto por todos tus errores
no se te concedió, qué
desventura
necesitarlo ahora, cuando el
tiempo
sucede como trágica sentencia.
Te pusiste a vivir un poco
tarde,
muy tarde para aquello que
juzgabas
imprescindible, para el
lucimiento
de tu final recién inaugurado.
No querías cumplir la ley del
débil.
Y entre tantos equívocos, un
hombre
acercaba sus ojos manantiales
a la vasija que te contenía,
inundando el temblor de
recibirle.
Fue tarde para la misericordia,
muy tarde para dar con la
belleza
de lo apenas vivido. Simplemente
no quisiste cumplir tu propia
ley.
(de DANAIDE, 2012)
Lienzo de Edgar Degas
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