viernes, 15 de mayo de 2015





















NO HIERE LA BRILLANTE
cercanía del agua,
ni el alfanje rasgando
páginas de leyenda,
sino la repentina
floración de un magnolio
que, a ciegas, desenvaina
sus hojas más certeras.


                                                             (de DOMUS AUREA, 1999)

2 comentarios:

  1. Ni el agua ni el alfanje. La belleza, siempre la belleza que hiere entre tus versos. Y la luz, tu luz.

    Un abrazo enorme, Poeta.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Ana, como me encantan las magnolias tenía que dedicarles algo. Y con mucha luz, por supuesto. Otro abrazo para ti.

      Eliminar