viernes, 20 de marzo de 2015





    LA NOCHE DE MAÑANA

 
Lejos está la noche de mañana.
Me lo dicen los astros, los espectros
que recorren mi estancia veladora. 

Lejos está la vida y, sin embargo,
me la sigue trayendo este silencio,
esta triste insistencia del latido. 

Cerca están el jazmín y la magnolia
para alumbrarme, nívea compañía
deshojada en los límites del mundo. 

Nadie viene a esperarme a la salida
del sol, nadie transita por las calles
donde la realidad se me hizo sueño. 

Nunca sabrá de mí la primavera,
pero yo sé que existe; la recuerdo
surcando la templanza de la brisa. 

Será de amor la última palabra
que oiré cuando despierte para siempre,
cuando me erija en todas sus hogueras. 

Cerca o lejos de mí, qué importa el día
en que se transfigure lo anhelado,
pues todo tendrá ya color de cielo.

Desde ahora la noche es el mañana
para mi soledad, y he de vivirla
por dentro, por su luz, porque me espera.
 

                                                          (de VIVIR POR DENTRO, 1992)

Lienzo de Paul Delvaux

2 comentarios:

  1. Es primavera, María, y el poema deja siempre un espacio para la claridad y la esperanza. Un poema excelente. Enhorabuena y un cálido abrazo desde Rivas, poeta

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  2. Gracias por valorar así mi poema, querido José Luis, ciertamente la primavera nos alumbra y dignifica. Otro abrazo muy fuerte.

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