viernes, 20 de febrero de 2015


         


                            X I
  

Si todo el mar pudiese contener mi esperanza,
si las olas rompieran contra tanto deseo,
tal vez para estos cielos jamás sería tarde
y se revelarían en su nueva intemperie.
Hay noches que no veo más allá de una playa
con siluetas amándose sin final ni principio,
aguardando la aurora que rubrique su gozo.
Son noches imposibles de vivir sin tu noche.
Si el mar me concediese llegar hasta Citera,
allí te encontraría, bellísimo y distante,
oh soñada aventura de la que ya no quiero
saber otra verdad, obtener más triunfo.
Ahora reconozco que existe una frontera
entre el cuerpo y la noche, entre el mar y la vida,
que toda mi esperanza es resto de naufragio,
oleaje de amor en su sola rompiente.


                                                         (de LOS CIELOS TARDÍOS, 2009)

Lienzo de Will Barnet

2 comentarios:

  1. Bello y triste poema. Si la esperanza es resto de naufragio y oleaje de amor en su sola rompiente, debemos afrontar que nacemos y morimos solos. Un saludo.

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    1. Gracias, María José, hay veces que esto es lo que produce el desamor, y la poesía es el cauce adecuado para verterlo. Saludos.

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