CREENCIAS
Yo
creo todavía en ciertas cosas:
en
las hojas pulidas de los álamos,
en
la luz remansada de la tarde,
en
el viento que envuelve la tristeza.
Y
mientras voy creyendo, todo sigue
su
curso. Tanta gente, tantos días
transitan
ante mí, que he aprendido
mi
papel de serena espectadora.
Yo
creo todavía que la lluvia
alfombra
este paseo,
que
las manos del tiempo lo trasladan
a
mis ojos cerrados.
Y
así, quienes se creen personajes
en
su escenario natural, ignoran
que
las hojas, la luz y el viento arrastran
sus
papeles más lejos cada día.
(de PASEO DE LOS MAGNOLIOS, 1995)
Yo sigo creyendo en la palabra, María, en tu palabra, en tu manera de darte en cada verso. Si existe un mundo hermoso todavía más allá de este sol, de esta tristeza, es porque lo miramos a través de tus ojos, porque tú nos enseñas a mirarlo. Gracias por tanta luz.
ResponderEliminarQuerida Ana, me alegra como siempre que compartamos la palabra y el verso, y con esa claridad que irradia la poesía mirar mutuamente nuestras obras. Gracias a ti por ser tan transparente.
EliminarLa falta de creencias -no hablo de dogmas ni de religiones, sino de razones para encarar la amanecida- nos convierte en hombres deshabitados. Como decía Blas de Otero, nos queda la palabra, y para los que saben que la vida es un rincón con luz, nos quedan también los sentimientos. No es poco. Un abrazo por tu hermoso poema, María.
ResponderEliminarMuchas gracias, querido José Luis, por el aliento de palabras. Mientras, voy creyendo...
EliminarAbrazos.