MARÍA CORONEL
-¿Vive en este convento
una dama de noche que perfuma
el claustro con la brisa de su toca?
-Oh, no, señor, venís equivocado.
-¿Mora aquí, por ventura,
un ángel enlutado que transforma
su llanto en azucenas y celindas?
-Perdonad, pero ignoro a quién buscáis.
-No me engañéis más tiempo.
Yo soy don Pedro, el Rey. Ahora, abadesa,
después de haber llamado tantas veces
a estas puertas, pasando por mendigo,
forastero, criado o vagabundo,
con tal de ver su rostro,
y antes de profanar esta sagrada
clausura con mi espada y mis deseos,
exijo preciséis vuestra respuesta:
¿en qué lugar está doña María?
-En la cripta. Desde hace varios siglos.
(de LOS APARECIDOS, 1991)
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