DIES IRAE
No hay tiempo
ya. La oscura lejanía
se agrieta con
el rayo. Triste viento
llega
arrastrando todos los rumores
de la urbe.
Morados espejismos
pueblan las calles,
visten el ocaso.
Llueve sin
tregua. El cielo te confina
en su coro
estelar. La noche cae
tras un fuego de
nubes. Todo acaba
por huir. Estás
sola en el vacío
que ha brotado
después de la tormenta.
Miras aquí y
allá. No existe el hombre.
Ahora la ciudad
es sólo tuya.
Suena el
despertador. Un nuevo día.
(de POLIFONÍAS, 1997)
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