viernes, 13 de junio de 2014




TODO VINO A DESTIEMPO. LA TERNURA
pasó de largo, dócil
en su verdad extrema.
Tu cuerpo se creaba
sobre los arrecifes, ambarino
como un fósil latente.
A destiempo la noche,
el amor desangrado,
su cita terminal con la belleza.
Eran otros augurios
los que jamás cumplían
una caricia tuya
ni antes ni después de lo sentido.
Todo vino a ponerte
la mano sobre el cuerpo
cuando los arrecifes se incrustaron
en su ternura ilesa.


                                                         (de EL TEMPLO DEL ALBATROS, 2011)

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