jueves, 15 de mayo de 2014


                            


NO PODÍAS CEDER A AQUEL NAUFRAGIO.
El mar se deslizaba por tus ojos
invadidos de luna,
y su paz inservible
te negaba la dicha
de suspender tan lúbrico oleaje.
Qué vana incertidumbre
pretendiendo llegar a alguna playa
sin orientarte por la transparencia
que un ángel encendía.
Evitabas morir en el derrame,
como las aguas dulces
que tantas noches fueron infinito
lecho de soledad retando al viento.


                                                    (de EL TEMPLO DEL ALBATROS, 2011)

Lienzo de Jovan Villalba

No hay comentarios:

Publicar un comentario