EL VIENTO DE PONIENTE
invocó la presencia del albatros
en torno a los livores
de un quimérico día.
Fue difícil truncar tanta
esperanza.
Aún estaba lejos,
tal vez su singladura
ignoraba aquel templo desolado
cuyos relieves nunca atardecían.
Sobre los eucaliptos
se alzó tu corazón, ya
vagabundo,
hasta que el viento quiso
devolverlo
a la cautividad
de toda superficie.
Fue inútil esperar a tanta
altura.
(de EL TEMPLO DEL ALBATROS, 2011)
Lienzo de Winslow Homer
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