lunes, 24 de febrero de 2014





          
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
        TAORMINA

 
Una vez que se hizo
la luz para el asombro venidero,
amaneció Taormina, la celeste,
elevándose en gracia
desde tierras abruptas y frondosas.
Te han hablado de ella tantos dioses,
que nunca creerías
a no ser que tocaras cada piedra,
pero está ahí, se nutre
de un mar siempre rendido a sus orillas.
Taormina, la marmórea,
una parte del tiempo entronizada
sobre rocas y cúpulas,
ciudad asunta al cielo que la rige.
Te has visto tantas veces
compartiendo sus tardes, cuando todo
es sueño todavía,
que sólo creerás en el origen
de aquella luz primera
como harían tus ojos, al regreso.


                                                    (de TU LUMBRE AJENA, 2001)

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