TAORMINA
Una vez que se hizo
la luz para el asombro
venidero,
amaneció Taormina, la celeste,
elevándose en gracia
desde tierras abruptas y
frondosas.
Te han hablado de ella
tantos dioses,
que nunca creerías
a no ser que tocaras cada
piedra,
pero está ahí, se nutre
de un mar siempre rendido a
sus orillas.
Taormina, la marmórea,
una parte del tiempo
entronizada
sobre rocas y cúpulas,
ciudad asunta al cielo que
la rige.
Te has visto tantas veces
compartiendo sus tardes,
cuando todo
es sueño todavía,
que sólo creerás en el
origen
de aquella luz primera
como harían tus ojos, al
regreso.
(de TU LUMBRE AJENA, 2001)
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