TANTA
AUSENCIA
Quienes no regresaron,
aquellos cuyas sombras aún
persiguen
tu esquiva claridad,
abrieron sendas
en un bosque de entrañas
apagadas,
sin frutos que rendirles.
Los hallas junto al vado
ceniciento
donde alargan sus nombres
esa línea de tierra
que les debe la historia,
los restos de la sed que en
ti padecen.
Pero no volverás a verlos
solos.
Su muchedumbre mana
como tu propio llanto,
galopa por tus ojos
sin tregua ni descuido.
Quienes ya se marcharon,
aquellos cuya luz
reconociste,
todavía amanecen
a cambio de su nada
inmerecida.
(de VOZ MEDIANTE, 2006)
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