HÁGASE EN TI
Cuando se fue,
la noche parecía
protegerle de
todas las palabras.
Se fue dejando
sola mi ternura,
lejos de su
prisión, cuando yo estaba
dispuesta a
hacer un pacto con el tiempo,
con el resto de
fe que me quedaba.
Ahora no es
mejor hablar. Si acaso,
tener la voz
oculta, preparada
para el día en
que vuelva con su noche
a cambiarme la
paz por otra espada.
(de POLIFONÍAS, 1997)
Duele como esa espada, como la nieve tibia sobre el trigo, como el temblor del sauce. Pero tiene tu luz, María.
ResponderEliminarUn abrazo enorme, Poeta.
Gracias, Ana, por tus siempre acertados comentarios. Y la luz, nuestra luz a pesar de todo. Otro abrazo fuerte.
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