viernes, 21 de febrero de 2014

    


          HÁGASE EN TI

 
Cuando se fue, la noche parecía
protegerle de todas las palabras.
Se fue dejando sola mi ternura,
lejos de su prisión, cuando yo estaba
dispuesta a hacer un pacto con el tiempo,
con el resto de fe que me quedaba.
Ahora no es mejor hablar. Si acaso,
tener la voz oculta, preparada
para el día en que vuelva con su noche
a cambiarme la paz por otra espada.


                                                        (de POLIFONÍAS, 1997)

2 comentarios:

  1. Duele como esa espada, como la nieve tibia sobre el trigo, como el temblor del sauce. Pero tiene tu luz, María.

    Un abrazo enorme, Poeta.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, Ana, por tus siempre acertados comentarios. Y la luz, nuestra luz a pesar de todo. Otro abrazo fuerte.

      Eliminar