ABADES
Humedad sinuosa,
de alzadas yeserías
en íntimo palacio.
Un rincón se desmaya
al socaire del tiempo,
cicatriz a mis ojos
cabizbajos, sin guía.
Oh linde subterránea
que acomoda
su cauce
al crisol de lo oscuro,
privado sortilegio.
Sólo las horas vagan
con fe por esta calle.
Y el palacio dormita.
Y la humedad despierta.
(de LIENZOS DE CAL, 2008)
Querida María, la sensación de quietud que habita en tu poema es esa sensación que viste las formas en el tiempo de invierno. Todo parece -y tus palabras lo describen con especial acierto- silencioso y dormido. Salvo el tiempo. Un fuerte abrazo desde Rivas, con luz fría.
ResponderEliminarCreo que este poema viene bien para la calma dominical, la de este invierno luminoso sevillano. Otro abrazo con el cariño de siempre.
EliminarCalle Abades y casa de los Pinelo, paso diario al ir a mi Escuela Francesa desde casa y volver a ella siendo joven. Sentía las humedades y el misterio ...Un fuerte abrazo .
ResponderEliminarGuillermo.
Querido Guillermo, qué sevillano eres... No necesitas explicaciones sobre esta calle. Abrazos para todos y gracias.
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