AB
URBE CONDITA
El
mundo que crecía
alrededor,
colmaba de espesura
la
adolescencia, bosque para una brisa sola.
Los
altos edificios, sus anuncios,
abatían
el cielo pretendido
por
ráfagas de ojos. Cada nube
alzaba
la mañana,
para
después tumbarla sobre alberos en sombra.
El
mundo era tan grande,
tan
hondo su vacío, que esos años
precursores
de los descubrimientos,
siguen
creciendo hoy
sin
más tierra a la vista,
cada
vez más borrosos en el plano
de
la ciudad, alada fortaleza
para
otra ascensión a lo perfecto.
(de DOS LENTAS SOLEDADES, 2002)
No hay comentarios:
Publicar un comentario