viernes, 24 de enero de 2014






 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
“UN CORAZÓN CONMIGO ENDURECIDO”
 
 
Debo seguir viviendo porque, afuera,
se suceden ocasos
que calman la orfandad de mi latido,
porque tal vez hay algo
parecido al amor para invadirme,
alguien para mis manos.
Afuera todavía quedan sombras
que gotean su paso
por la luz de una tímida esperanza,
que dan al desengaño
valor de permanencia; todavía
son restos del naufragio.
Porque seguir así, con la tristeza
abierta en el costado,
significa que todo cuanto quise
continúa sangrando,
aunque ya mi latido sólo suene
como un aldabonazo. 

Al fondo del crepúsculo se arquea
la línea del fracaso.
 
 
                            (de A CIERTA ALTURA, 1998) 
 

4 comentarios:

  1. Enhorabuena, María, el poema expresa muy bien esa sensación de no encontrar cobijo en el techo del tiempo, de estar a la intemperie. Un fuerte abrazo. Seguimos cerquita.

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    1. Gracias, querido José Luis, por tus siempre amables palabras sobre mis poemas. Pues sí, seguimos cerca afortunadamente, a pesar de la intemperie. Abrazos.

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  2. Es curioso, María, que me encuentre en la misma mañana con dos buenos poemas, diría que excelentes, que me recuerdan la propia esencia de mí mismo, el primero de mi buen amigo, Óscar Distéfano, y este tuyo, en ambos cass me he perdido en lo que vosotros habéis querido decir y me he centrado en la significación que la derrota tiene para mí, por eso ahora quiero decirte que me veo ante el descubrimiento de tu poesía, que me alegro de que haya sido reconocida con lo que, al fin y al cabo, valora la gente, y que me quedo con muchas ganas de volver a visitarte para disfrutarla de nuevo.

    Un abrazo.

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    1. Yo también me alegro, amigo F. E., de contribuir al disfrute que encuentras en mis poemas. Lo mío es siempre compartir mis versos con quienes desean leerlos, una satisfacción que la vida concede a quienes intentamos hacerla grata a los demás. Aquí sigo, con mi amistad.

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