sábado, 18 de enero de 2014



 
 
 
  EL MITO DE UNAS OLAS

 
Hay mujeres ancladas en maridos
bravíos, y se juegan el velamen
durante las tormentas cotidianas,
dejando medio barco en el empeño. 

Al bajar la marea,
visita el hombre el reino de Neptuno,
quien reserva sirenas para éste
y otros temporales venideros. 

Hay mujeres ancladas, que no quieren
navegar por océanos remotos,
porque un viento de olvido
va rizando su sangre, y hasta ignoran
que hay playas escondidas en crepúsculos,
por si yo, por si alguien
hunde en la arena el mito de unas olas.


                                                      (de LOS APARECIDOS, 1991)

Lienzo de William Edward Frost

4 comentarios:

  1. Hay mujeres ancladas... El poema, querida amiga, me sugiere una lectura simbólica, la certeza de que todos estamos anclados a compromisos, obligaciones, hechos... que convierten la existencia en un cerrar los ojos sin encontrar el puerto adecuado.
    Hermosos versos, María, un abrazo de sábado.

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    1. Gracias como siempre, José Luis, por tu certero comentario. Esas mujeres ancladas son algunos ejemplos de las que llegué a conocer en una época pasada, cuando se aferraban a unos señores que no eran muy fieles que digamos. Pero como hablamos en términos marineros, que cada palo aguante su vela... Otro abrazo sabatino.

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  2. Estar ahí en la sombra con la resignación navegando por las venas, volver siempre a lo mismo en una gris y triste espera. Un gran poema que traza el perfil en la vida de muchas mujeres aún en el siglo XXI. Feliz domingo. Un abrazo.

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    1. Gracias, Mª José, otro abrazo y feliz domingo también para ti.

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