V I
Se
rasgaron las últimas tinieblas
de
tu cielo fugaz.
Un
abandono
cualquiera
hubiera sido
menos
devastador, como este llanto
paciente,
reviviendo al enjugarse.
Las
tinieblas mostraban
tu
desamparo en toda su crudeza,
no
dieron una tregua a lo imposible
que
tanto redimía. No, los signos
de
ansiedad dolorosa fueron otros,
nevando
sobre ti
más
laceradamente.
Las
tinieblas vistieron tu ternura
para
no amanecer, según el ruego
que
hiciste mientras ibas y venías
de
tanta soledad. Ahora palpas
el
auténtico rostro de la noche,
del
amor apurado hasta el extremo.
Sientes
que se ha cumplido tu escritura.
(de LANCE SONORO, 2007)
Lienzo de J. M. William Turner
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