UN
ALIENTO DE AMOR
necesita
su invierno,
su
larga vecindad con el rocío,
pauta
sin la que apenas se respira
más
allá del cansancio.
Añoras
todavía aquella estampa
de
sábados envueltos
en
la neblina rosa de sus tardes,
perfilando
tu mínima presencia
por
aceras hostiles
que
a nada conducían,
ni
siquiera a los íntimos espejos
donde
se aventuraron
los
rostros de los hombres,
minúsculas
escenas
para
una historia mal interpretada.
El
eco del amor
acrecienta
tu invierno,
dobla
esquinas sin pasos conocidos,
y
sigues preguntándote la causa
más
allá del silencio.
(de MÍNIMO SOL DE INVIERNO, 2006)
Lienzo de Leonid Afremov
No hay comentarios:
Publicar un comentario