MI
SED
Mi
sed es lenta, fría, pero no se detiene
a
pesar de las piedras y los juncos; discurre
monte
abajo, buscando llanuras donde abrirse
su
propio cauce, lecho de vida derramada.
Mi
sed es transparente, callada y desemboca
en
el mar de sus labios, sin nada que limite
la
secreta agonía de inundar sus ausencias,
de
brotar y secarse a orillas de sí misma.
(de PASEO DE LOS MAGNOLIOS, 1995)
Agua que discurre hacia lo ausente, sed incompleta. Agua que busca olas y halla desierto. Saber decirlo de la manera como este poema lo dice es ser poeta. Gracias María.
ResponderEliminarPues sí, esta sed interminable solo puede apagarla, y no siempre, la poesía. Gracias a ti por tus palabras, Paco, y un abrazo.
Eliminar