domingo, 10 de noviembre de 2013






EMPIEZA A LLOVIZNAR PARA QUE TODO
se vuelva transparente: las macetas
pintadas del rincón, el viejo zócalo
de azulejos de cuenca, la arquería,
los estucos geométricos, el fondo
del aljibe, la bóveda mudéjar…
Como si de otro cielo se tratase,
comienza a anochecer para que nada
suene más que la lluvia o el silencio.


                                                           (de DOMUS AUREA, 1999)

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