ADAGIO, de Guillaume Lekeu
Oh pájaros, la tarde va
cayendo
sobre lo más querido, sobre
todo
cuanto pudo alumbrarse
y ahora da de bruces
contra el primer peldaño de
la noche.
Quién podría pensar que
vuestro vuelo
iba a abrir un camino
de ida hacia el amor,
pero sin el regreso
necesario
que a algunos les permite
alargar esa tarde mientras
vivan.
Oh pájaros, venid
al encuentro invisible
del cielo restaurado.
Desplegad los colores
en multitud de alas,
antes de que el sol ponga
su gota roja sobre lo que ha
muerto.
(de TU LUMBRE AJENA, 2001)
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