XXI
Sólo puedo mirarme
en un espejo roto,
única transparencia de mis días.
Sólo él reconoce
el peso de esta angustia
convertida en un rostro
desfigurado, mudo.
Sólo la piel de entonces
podría reflejarme
con su oscura distancia,
sabiendo que los trozos del
espejo
abarcan el vacío,
única consistencia de mis ojos.
(de HYPNOS EN LA VENTANA, 2009)
Lienzo de H. Anglada Camarasa
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